domingo, 2 de febrero de 2014

La Línea Roja llegará en 5,16 minutos de El Alto al Cementerio



El usuario de la Línea Roja del teleférico ahorrará a diario de 30 a 40 minutos perdidos dentro de un minibús. El viaje entre las estaciones 16 de Julio (El Alto) y Cementerio (La Paz) tomará 5,16 minutos, y de allí a la Estación Central será de 5,65 minutos, 10,81 en total.

El acortamiento de la duración del viaje de ida y retorno le permitirá disponer de más tiempo para dedicarlo a su familia, estudios, trabajo o a cualquier otra actividad y reducirá el estrés. En el primer caso el pasajero ganará dos horas y media a la semana; en el segundo, poco más de tres.

“El ahorro de tiempo depende de la hora del día, de la congestión vehicular. Son 15 a 20 minutos en una bajada, pero si se suma la subida es un tiempo que se va acumulando”, explicó César Dockweiler, coordinador de la Unidad de Transporte por Cable (UTC).

Esta es una de las diez ventajas que —según esa oficina, dependiente del Ministerio de Obras Públicas— ofrece el nuevo sistema, que unirá 90 zonas de las ciudades de La Paz y El Alto.

El transporte por cable, en el que el Gobierno nacional invierte $us 234,6 millones, tendrá tres ramales: Rojo, Amarillo y Verde.

El primero, parte de la estación 16 de Julio (avenida Panorámica de El Alto), se dirige a la del Cementerio (avenida Entre Ríos de La Paz) y termina en la Estación Central, exparada de trenes.

Tiene 2.393.26 metros de extensión (2,3 kilómetros) y funcionará con 109 cabinas. Cada una con capacidad para diez pasajeros sentados u 800 kilos, que se desplazará a una velocidad de cinco metros por segundo y que no se detendrá ni aún para permitir el ingreso o descenso de los viajeros, ya que solo reducirá su desplazamiento a un metro por segundo, precisó Dockweiler.

Según el diagnóstico que sirvió de base al proyecto de construcción del Teleférico Metropolitano, actualmente 440.000 personas se desplazan a diario entre ambas urbes, con una demanda en horas pico de 15.000 pasajeros por hora.

Se calcula que el teleférico en sus tres líneas absorberá 84.000 de los viajes que se realizan diariamente entre las ciudades de La Paz y El Alto, 20% de la demanda.

El ramal Rojo movilizará 6.000 pasajeros por hora, unos 102.000 al día si se multiplica la cifra inicial por las 17 horas de funcionamiento del servicio, de 05.00 a 22.00, los 365 días. “Este es un sistema que nunca para y está libre de esperas porque sale una cabina cada 12 segundos de cada estación”, explicó.

El transporte por cable no genera conflictos con las atestadas arterias, llenas de decenas de minibuses, de las 150 líneas que hacen viajes entre ambas ciudades y cuyo número real se desconoce debido a que la cantidad de afiliados a un sindicato o asociación la definen los choferes y no los gobiernos municipales.

Esto sin contar los retrasos ocasionados por los bloqueos y manifestaciones de protesta, que son parte de la cotidianidad de La Paz, ciudad sede del gobierno. El tiempo (1) no es el único beneficio que traerá el teleférico. El nuevo sistema contará con personal que fue capacitado para garantizarles a los usuarios calidad en el trato (2) desde el ingreso, dijo.

También priorizará su comodidad (3). Aunque aún se analiza aplicar tarifas diferenciadas, el propósito es que todos viajen sentados, incluso los niños, a diferencia de lo que ocurre con el transporte público que lleva pasajeros extra y con carga que incomodan al resto. En el teleférico se permitirá el ingreso de los pasajeros hasta con dos bolsas de mercado o una maleta de mano, pero están prohibidas cargas mayores y el transporte de cualquier tipo de combustibles.

Promoverá el orden (4), pues el viajero no tendrá que disputar con otros usuarios un lugar en una cabina debido a la frecuencia de salida (una cada 12 segundos), y por fuerza deberá aprender a respetar las paradas (5), recalcó Dockweiler. Actualmente, buses, minubuses, micros y carrys se detienen a conveniencia de los ciudadanos y de los transportistas, otro factor de la lenta movilidad de personas entre las dos ciudades.

“El nuevo sistema trae una dignificación de la vida diaria de sus usuarios, mayormente pertenecientes a los grupos sociales de menores ingresos, al disponer —por primera vez— de un modo de transporte, limpio, seguro, confiable y económico”, sostiene la UTC.

La seguridad del sistema y de los viajeros (6) también está garantizada. En el primer caso, no habrán choques, colisiones o vuelcos por imprudencia del conductor como ocurre con el actual transporte urbano de pasajeros.

Si se produce un apagón, el teleférico continuará operando con el motor a diésel que posee cada línea para estas emergencias; en el segundo, las paradas tendrán cámaras de vigilancia que tienen un fin disuasivo y asegurarán la seguridad ciudadana. La higiene (7) será minuciosa e irreprochable, tanto del personal como de las cabinas y estaciones, agregó.

Respecto a la forma de pago (8), se aplicará un sistema moderno, inexistente en el país, a través de tarjetas magnéticas que se recargarán en cajeros especiales; , además habrá ventanillas donde se harán las transacciones; así se evitará el cobro en efectivo y las disputas por el cambio,

El servicio también es inclusivo (9) pues la estructura de las estaciones fue adecuada para la circulación de personas novidentes y con discapacidad motora, las que podrán abordar sin problemas los habitáculos, incluso en una silla de ruedas, ya que los asientos de las cabinas son plegables. El usuario (10) tendrá además acceso a wifi (internet inalámbrico), en paradas y cabinas, esto sin contar con otras ventajas.

“Este sistema de tracción eléctrica produce un considerable ahorro de combustible, que redunda en ahorros públicos y privados por la reducción de los subsidios, importación de carburantes y de emisiones de gases”.

‘Oportunidad para que nos reeduquemos’

La implementación del sistema de transporte por cable es una oportunidad para que los usuarios se reeduquen y cuiden los proyectos que facilitarán la movilidad urbana, dijo el especialista René Chávez.

“Para ello, debemos conocer y apropiarnos del sistema para que podamos cuidarlo en lugar de destruirlo o destrozarlo. Es conocido que en el transporte público (los usuarios) rayan, cortan los asientos, a veces por bronca por el mal servicio, pero se tienen que terminar esas actitudes”, añadió el experto.

Según el coordinador de la Unidad de Transporte por Cable (UTC), César Dockweiler, la empresa autriaca Doppelmayr creará una oficina regional en La Paz para mostrar el teleférico y promocionar su funcionamiento en otros países de la región sudamericana.

Sistema tendrá nueva fecha de inauguración

Esta semana se prevé que se conozca la nueva fecha de puesta en funcionamiento de la Línea Roja del sistema de transporte por cable —que debería estar lista a finales de marzo o principios de abril— debido al retraso en las obras civiles, informó el viernes el coordinador de la Unidad de Transporte por Cable, César Dockweiler.

“La próxima semana analizaremos de cuánto es el retraso que se tiene debido al paro de los trabajadores del puerto de Iquique (Chile) que duró más de 20 días, y a las lluvias. Se realizará una inspección al sistema electromecánico, a los edificios de las estaciones y a las obras exteriores”, explicó. El funcionario también adelantó que en las siguientes semanas se reunirá con el gremio de los transportistas para trabajar en las rutas alimentadoras de la Línea Roja. El Gobierno nacional otorgó un crédito de $us 100 millones la Federación Departamental de Choferes 1° de Mayo para la compra de buses que llevarán pasajeros a las estaciones del teleférico.

Problemas de movilidad y transporte urbano en La Paz y El Alto

El servicio siguió un proceso de miniaturización desde la década de los 70, cuando circulaban vehículos de capacidad mayor a 21 pasajeros (colectivos y micros). Hoy operan motorizados para 14, 7 y 5 pasajeros, fruto de la escasez de fuentes de trabajo, informalidad, falta de autoridad, corrupción e importación descontrolada de coches usados.
En ambas urbes operan 853 rutas del servicio público de transporte de pasajeros, más del 90% ingresan al centro de las ciudades de La Paz y El Alto, y aproximadamente el 40% son rutas intermunicipales.
Los transportistas se agrupan en sindicatos, asociaciones o cooperativas; los propietarios de los vehículos en muchos casos contratan choferes.
Para circular deben obtener una tarjeta de operación, que es otorgada por los gobiernos municipales sin ningún estudio de la demanda.
La gran cantidad de motorizados ocasionan atascos, colas y demoras excesivas, especialmente en intersecciones, debido a las paradas desordenadas.
Ninguna autoridad cuenta con datos sobre la cantidad de coches, de conductores o socios de cada organización, sistematizados o actualizados.
Elevados índices de contaminación ambiental y acústica.
Altos índices de accidentes y baja seguridad para los usuarios. La inspección técnica vehicular realizada por la Policía es deficiente.
Los operadores no cuentan con ningún tipo de preparación en áreas de atención al cliente y calidad del servicio.
Cobro de tarifa por tramos.
Incumplimiento de recorridos y horarios en horas de baja demanda y en horario nocturno.
Sistema de control ineficiente.

Fuente: Licitación del Sistema de Transporte por Cable, que cita un estudio de Tranter Consultores SRL (2011) y otro de Reingeniería Total SRL (2007).

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