Según el arquitecto Carlos Delgado Murillo: “el teleférico, que se pretende construir en la plaza del Folklore, zona del Socavón de Oruro, está poniendo en riesgo la obtención del título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, que se entregó el 2001 al Carnaval de Oruro”.
En base a documentación original de la declaratoria, el profesional explicó ayer al gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, que como orureño, “tengo la obligación y el deber de enviarle esta carta abierta con el fin de encontrar en usted un espacio de diálogo y construcción de proyectos que realmente beneficien a la ciudad”.
Dijo que esos proyectos, “deben constituirse en referentes fundamentales del desarrollo, pero no pueden agredir mucho menos perturbar el valor histórico cultural de un espacio que se constituye en el más representativo del Patrimonio Intangible de la Humanidad, en este caso, la Plaza del Socavón, donde se tiene pensado construir una Estación Tensora del Tramo 2 del Teleférico”.
Delgado expresó que ya ha pasado dos meses, desde que se develó la debilidad del sustento técnico y socioeconómico del proyecto teleférico que impulsa la Gobernación, generándose más dudas que convencimientos entre la ciudadanía orureña, con las posiciones expresadas técnicamente por el Colegio de Arquitectos, Colegio de Ingenieros, Comité de Etnografía y Folklore, Consejo de las Culturas, Comité Cívico, Distrito 1, Artesanos del Calvario, Vecinos de la zona del Socavón y otros ciudadanos.
Pidió al gobernador, dialogar también sobre la vigencia de ordenanzas y leyes nacionales y departamentales que hasta el momento, no han sido modificadas, con excepción de una ordenanza, aprobada en forma apresurada por el anterior Concejo Municipal, sin analizar el fondo del problema.
Por ese motivo, propuso al Gobernador “iniciar un proceso de diálogo y participación, con el fin de encontrar puntos de coincidencia para mejorar el proyecto del teleférico turístico”.
El gobernador, Víctor Hugo Vásquez, por su lado, dijo que siempre está abierto al diálogo, pero no para oponerse a un proyecto, sino para materializar aquellos proyectos de gran envergadura que tiene aval del gobierno.
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