Buscar

martes, 14 de junio de 2016

Confusión y caos reinó en el teleférico



Caos y confusión reinó en la línea Amarilla del teleférico durante las primeras horas del paro de transporte que colapsó la sede de Gobierno la jornada de ayer. Los usuarios fueron víctimas de empujones, oleadas y revendedores de boletos.

Aproximadamente a las siete de la mañana, el frío que diariamente hace temblar a los alteños es lo que menos importa cuando lo urgente es descubrir la manera más rápida de llegar a La Paz. Sin duda el teleférico parece la mejor opción para centenares de personas que se agolpan en al menos ocho filas serpenteantes que desde la
estación de la línea Amarilla, en Ciudad Satélite, llegan hasta el Faro Murillo.

La confusión y desesperación hacen presa de la multitud. En la aglomeración difícilmente puede distinguirse el principio o el final de las filas. "No sabemos si es para entrar con boletos, con tarjetas o si es para comprar los boletos”, se quejan los usuarios.

En medio de las filas no falta quien comercia con el disgusto de quienes están apurados y no pueden esperar por casi tres horas para subir a una cabina. Y en la clandestinidad, aprovechan para revender los pasajes, que cuestan tres bolivianos, en cinco.

Con el boleto en mano, los "apurados” aprovechan el caos para acomodarse donde pueden sin respetar a quienes hacen fila. Los empujones revuelven cualquier intento de orden. "Usted no estaba aquí”, reclaman y para evitar problemas muchos empiezan otra vez la fila.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario