El hecho ocasionó que el transporte se detenga por más de cuatro horas, generando temor en las alturas a más de 10 pasajeros.
“Un árbol se ha caído sobre una de las cabinas, de ésta también se desmoronó su panel solar y por el golpe la cabina dio vueltas, nosotros creíamos que se caerían (los pasajeros) e inmediatamente vimos que el cable por suerte no se había roto”, relató Boris Huanca vecino de la zona, quien desde su vivienda a pocos metros de la línea amarilla, pudo observar lo ocurrido.
Varios de los testigos casuales, vecinos de la zona y comerciantes observaron que al ser una zona negra, el bosquecillo que se mantiene con árboles de eucaliptos es riesgoso y recordaron que hace más de tres años un deslizamiento de la tierra dejó sin vivienda a 45 personas y el sector fue identificado como zona de riesgo.
La desesperación de los 10 pasajeros de las más de 20 cabinas que quedaron sin funcionamiento y dos descarriladas tuvo que ser sosegada mediante las comunicaciones efectuadas hasta las cabinas.
Desde las 21:00 llegaban los familiares de los atrapados que buscaban por todos los medios comunicarse vía teléfono con sus seres queridos y conocer cuál su verdadera situación.
Si bien en el interior de las cabinas se encontraban personas mayores como Omar Barrera de 27 y Sandra Guarachi de 30, también se conoció que tanto adolescentes como tres menores de edad estaban temerosos y casi histéricos, al mantenerse más de cuatro horas suspendidos en el aire, al medio del bosquecillo.
En tanto que unidades policiales de Bomberos, Policía de Auxilio Ciudadano (PAC), Seguridad Física Privada, entre otras unidades policiales se concentraron con más de 100 funcionarios que luego de un proceso de valoración del sector, aplicaron cordones de seguridad y despeje de la zona para que vecinos y transeúntes no pongan en riesgo su seguridad.
Al promediar las 20:20, ocho funcionarios del equipo especializado de la empresa española Doppelmayr’ llegaron al lugar, con la finalidad de realizar el encarrilamiento de la línea que fue desprendida y comprometió a tres cabinas y dejando suspendidas más de 20 de ellas.
Mientras que el equipo de rescate en altura aguardaba los resultados de la técnica aplicada antes de definir un salvataje en altura de los pasajeros.
“Si bien no hubo ninguna cabina que se llegó a caer, pero dos de ellas estaban comprometidas en el lugar, porque en dos torres el cable se ha soltado de su lugar y por eso bomberos está esperando hacer el rescate en altura, descendiendo por los cables, pero sólo si no se llega a encarrilar”, explicó el segundo comandante de Bomberos, teniente John Mérida.
Al promediar las 21:55 el equipo de la empresa requirió la llegada de un segundo equipo de encarrilamiento del cable del teleférico, utilizando dos térnales, al ser insuficiente sólo uno, porque el cable aún se mantenía a tres metros fuera de su carril. Mientras que el panel solar de una de las cabinas que fue arrancada por el golpe, como resultado de la caída del árbol fue rescatada en medio del bosquecillo.
Si bien funcionarios de la empresa Mi Teleférico, tenían la orden de no dar ninguna declaración a medios de comunicación, se notó la ausencia del gerente de la empresa César Dockweiler y de funcionarios del Ministerio de Obras Públicas, quedando al pendiente de los detalles sólo el ministro de gobierno Hugo Moldiz.
Los pasajeros socorridos fueron remitidos a tres centros de salud: Clínica Rengel, Virgen de Copacabana y el Hospital Boliviano Holandés. La empresa “Mi Teleférico” correrá con los gastos, incluida la atención psicológica, ante el trauma de quedar suspendidos en el aire al interior de una cabina por más de cuatro horas.
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