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miércoles, 3 de diciembre de 2014
La exestación de trenes es restaurada y adecuada para convivir con la modernidad del Teleférico
Pasaron 84 años desde la inauguración de la ahora exestación central de ferrocarriles y mucha de su infraestructura fue dañada por la inclemencia del tiempo y la dejadez. El edificio central convive hoy con la modernidad de la línea Roja del Teleférico y se vio necesario adecuarla al nuevo servicio con trabajos de restauración y ‘refuncionalización’ del antiguo andén y las boleterías.
El edificio fue construido bajo el estilo arquitectónico del primer tercio del siglo XX, el neoclásico. La fachada se recubrió con piedra granito comanche, los marcos de puertas y ventanas se hicieron en madera y sobre las cristaleras se colocaron rejas de hierro. Desde entonces, las tejas del techo se deterioraron y hoy son cambiadas manteniendo sus mismas características.
El director de la obra de restauración, arquitecto Ronald Terán, explicó a La Razón Digital que los trabajos constan de dos fases. La primera está en curso y consiste en la restauración y refacción de la parte exterior, mientras que la segunda implica extender la refuncionalización a todo el edificio y habilitar los ambientes para la demostración de arte y cultura.
La exestación estuvo abandonada por cerca de 20 años y se lo encontró en “malas condiciones”, con daños, por ejemplo, en puertas y chapas de la época. Se “restauró lo que se puede restaurar, y cuando ya hay pérdida de algún (objeto), lastimosamente tenemos que hacer réplicas o en otro caso demostrar que hay un aporte contemporáneo”, explicó.
En los terrenos de la exestación, en el pasado centro neurálgico de conexión interdepartamental, aún hay vestigios de lo que fue, como rieles y un ambiente de almacenaje con parte del techo afectado. El edificio del Teleférico, con vistosos colores, contrasta con la sobriedad del color y característica de la estación. El viejo reloj, instalado en la cúpula, no funciona y se quedó marcando las 13.07.
La cubierta del andén fue reemplazada con calaminas galvanizadas. “Son de mucha calidad (en comparación) a las anteriores de asbesto, nocivas para la salud, pero en esa época se utilizaba. Como han estado en muy mal estado, todas las piezas estaban rotas, había filtraciones de agua hacia el andén cuando llovía, entonces, había la recomendación de hacer una cambio de material”, explicó.
Las tejas del techo fueron cambiadas por nuevas y similares, aunque en este caso se incorporaron mayores medidas de seguridad para mantenerlo con un sistema denominado de doble cubierta para protección del maderamen. Aseguró que ese proceso es aplicado en toda restauración de bienes patrimoniales.
“Estamos poniendo placas nuevas de calamina y sobre eso viene el entranquillado y las tejas. Las tejas normalmente tienen unos orificios y por ahí ingresa el granizo. Si no tuviera las calaminas llega a podrir la estructura de madera”, detalló.
Las dos boleterías también fueron reparadas y el 15 de diciembre serán inauguradas para servicio de la empresa Mi Teleférico. Servirá como nuevo ingreso y salida de los pasajeros que utilizan la Línea Roja, que une La Paz con la zona 16 de Julio de El Alto.
La estación de ferrocarriles, diseñada por el arquitecto Julio Mariaca Pando, fue inaugurada en 1930 . Dejó de funcionar como terminal de ferrocarriles a mediados de la década de 1990. Desde entonces y hasta hace poco, inauguración de la línea Roja del Teleférico, fue ocupada como estacionamiento de flotas y para celebraciones folklóricas.
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